¡Agua, bendita seas!
El
agua es una de las protagonistas de la vida y qué poco la queremos. No falta mucho para pelearnos por el
agua. Seguimos talando los bosques,
explotando las minas sin respetar las venas del agua, las nubes de lluvia, sin cosecharla adecuadamente, sin guardarla
para el mañana. Algunas noticias, de estas tremendas que nos dan a diario, en
referencia al coronavirus, cuentan que a muchos
enfermos atacados por este virus en España, nadie les alcanza un vaso de agua. Con este mismo virus mortal, estamos
gastando agua sin discreción. ¡Qué será del mundo mañana!
En fin para qué ahondar en más
tristezas…
Agua bendita quiero saludar la
fuerza de tu ser que se extiende,
alimentando a la Madre de los seres del universo. Bendita sea el alma transparente de tus
pensamientos, el incoloro mundo de tus sentimientos, el trabajo incansable de
tus manos corrientes en ríos, quebradas, abras, cataratas, océanos, glaciares. Armando la rivera de la esperanza,
descubriendo el corazón de la piedra,
limpiando el alma del hombre en su egoísmo de poder y de gloria, formando el
nido de nueve meses, en el vientre de las madres.