ERES UN ÁRBOL
Escribe Antonio
Goicochea Cruzado
Con ánimo inusitado decía: -¡Cómo hay nombres que no se
corresponden con la realidad!, tal doña Blanca Prudencia, es negra y atrevida;
el señor Agraciado Pino, ni es dotado de hermosura ni es alto como una conífera
y, además, andariego como nadie; doña Selene, ni un ápice de blancura lunar;
don Ángel Villacorta, es un demonio en este longo pueblo; doña Nieves Flor, no
tiene la blancura de la nieve ni la gracia de una rosa; y usted don Epigmenio
Aquino, cuyo nombre significa apresurado, ansioso y su apellido, comerciante o
marinero, es todo lo contrario, posado, calmo que aquí se enraizó como un árbol
y no pretende salir de Condorumi. Usted es un árbol.
-Sí, aquí nací y aquí moriré, contestó a don Calvino
Presbítero, el ateo convicto y confeso de Condorumi.